El Dolor de la Memoria
RESEÑA
Un fin de semana en una casa de campo se convierte en un mes de infierno cuando Mariano, el protagonista de El dolor de la memoria, es secuestrado con uno de sus amigos mientras hacen un recorrido en sus motocicletas. Pronto descubren que el plagio es múltiple; sin embargo, no imaginan que tendrán que dejar el campamento y cruzar dos Estados de la República a pie porque la esposa de uno de los capturados causó revuelo en la prensa nacional y obligó a que las autoridades movilizaran al ejército.
Durante el largo caminar Mariano padece las exigencias del clima, el hambre y la sed, el dolor de las piernas heridas, encuentros con otros grupos armados, miedo a perder la vida y, en uno de los momentos más álgidos, la aparición de recuerdos escindidos durante la niñez. A partir de ese instante el secuestro se torna en un doble andar: recorre los montes con los pies y con la mente desciende a las profundidades de sus recuerdos. La memoria se convierte en un nuevo dolor que los pasos a campo abierto y una estancia de dos semanas en una casa de seguridad irán calmando.
Susana de Murga se acerca a las emociones del personaje con maestría, expone sus fracturas, su inmensa vulnerabilidad y también su fortaleza. Le concede el consuelo de una compañera dispuesta a escucharlo sin juicios. Romper el silencio anquilosado implica esfuerzo, miedo, más dolor y, por último, el inicio de la salvación, porque la soledad aísla y las manos tendidas son inmensas balsas de salvamento.
Atrás queda el pasado, pero los recuerdos viajan en el interior de cada persona, pueden pesar, incluso doler, lo que Mariano acaba por comprender es que lo más tenebroso es cargar las memorias como sombras incomprensibles.